El abogado Diego Lindow consideró como “una burda estafa”, por desbaratamiento de contrato, a la maniobra que llevó a la detención de Omar Farías, conocido como “Gordo Buby”, dueño de la cadena homónima y del “Rey de las Medialunas”. Están en juego más de 20 millones de pesos y el caso se diputará no sólo en la justicia penal, sino en el fuero civil por la cadena de panificados, lo que genera zozobra en cientos de empleados.
Lindow representa a Ángel Jawahar, el propietario de la franquicia de Grido en Santiago del Estero, que en mayo había acordado la compra de la franquicia o fondo de comercio a Farías. “Se llega un acuerdo en el orden de los 200 mil dólares. Primero se firma un boleto de seña donde se paga prácticamente todo y toma posesión de los locales mi cliente, aproximadamente el 7 de mayo”, explicó Lindow. Farías se comprometía a abastecer de mercadería a Jawahar, que seguiría produciendo en su panadería propia. El 8 de mayo Jawahar tomó posesión de la cadena.
“Habían convenido que la firma del boleto definitivo iba a llevar más tiempo porque había que hacer relevamiento de inmuebles, materia prima, unidades, cantidad de empleados, inventario, etcétera, y se había puesto como fecha el 12 de mayo, plazo prorrogable con acuerdo de las partes. Como no se llegaba al inventario, en definitiva se conviene posponer unos días más, y el 14 de mayo va mi cliente a la escribanía a firmar la sesión. Firma y Farías no estaba porque se encontraba en Tucumán y le avisan que (Jawahar) ya había firmado. Ese mismo día 14, Farías fue a una concesionaria a retirar un auto de alta gama –Chevrolet Camaro- que formaba parte del fondo que pagaba e hizo un seguro contra terceros y todo riesgo esa misma jornada. Se comunicó con mi cliente para decirle que el auto era una ‘máquina’ y que después de pasar unos días en Tucumán volvería”.
Pero la situación cambió rápidamente. “El 17 de mayo (Farías) se arrepiente, al parecer, y manda a mi cliente una carta documento argumentando que como la fecha original de firma era el 12 de mayo, pero se concretó recién el 14, él entendía que esto rescindía el contrato y se hacía quedar todo el dinero y todo lo recibido en concepto de indemnización. Una verdadera ridiculez, porque hasta cierto punto podría ser analizado si él se hubiera presentado el 12 y no estaba la otra parte, pero él nunca vino a Santiago y desde Tucumán lo que hizo fue hacerse quedar el dinero”.
Pero no fue lo único, el 21 de mayo Farías “lo desalojo a mi cliente de los inmuebles y dio orden a los empleados para que no le permitan el ingreso: lo desposeyó de todas las sucursales y se hizo quedar 125 mil dólares. Además lo bloqueó a mi cliente por lo que no se pudo poner en contacto nunca más. Yo me comuniqué con su abogado y tuve una reunión donde le plantee que esto iba a trascender lo jurídico, porque era prácticamente una estafa: él se estaba aprovechando de esta situación con un ardid desplegado para apropiarse de los 125 mil dólares. Y él (Farías) me dijo (a través de interpósita persona) que no iba a devolver el dinero y que hiciera lo que tenía que hacer y que nos iba a llevar mucho más tiempo a nosotros litigar”, relató Lindow.
Agregó que su parte “trató de evitar llegar a esto, pero ya ponía excusas absurdas, propias de una persona que no va a pagar, como decir: “yo iba a devolver, pero como me enteré que hablan de mí y no voy a pagar nada. Cuando en realidad era una obligación que había contraído. Y con eso se cortó todo dialogo”. En base a eso es que se hizo una denuncia penal y se constituyeron con Jawahar en querellantes aportando toda la documentación.
“La fiscalía se movió rápido, tomó testimonios y las ratificaciones entre jueves y viernes. Y este último día, con todas las evidencias que aportamos (desgravaciones de conversaciones, correos y testimonios de testigos que incluso aún faltan), la fiscalía decidió solicitar la detención al juez de turno que se hizo efectiva al aprehenderlo en una de sus panaderías”, relató. Farías fue detenido el viernes 25 de junio en la central de su cadena, en el barrio Almirante Brown, por un pedido de la fiscal Celia Mussi al que accedió el juez Darío Alarcón.
Al ser preguntado sobre la conducta de Farías, el abogado opinó: “Es un sentimiento de impunidad. Una cosa es que se haga una estafa pergeñada y se trate de evitar marcas, pero esto fue tan burdo y tan ostensible al pensar que gozaba de impunidad. Porque si voy al banco y sacó un millón de dólares en crédito con documentación apócrifa y pienso que eso va a quedar así nomás y que nadie va a hacer nada, la verdad es que se trata de una chiquilinada. Yo creo que se habrá manejado con impunidad toda su vida sobre muchos aspectos y pensó que aquí podía hacer exactamente lo mismo. Y que mi cliente iba a perder el dinero y esto iba a quedar en la nada. No se entiende porque es infantil. Si se hubiera deshecho la operación porque la otra parte se arrepintió y pierde la seña, hasta cierto punto es entendible. Pero que él mismo tome la decisión de que el contrato no se iba a hacer y se quede con todo el dinero que le habían pagado y encima mantiene los negocios, no tiene razón de ser”.
Farías será indagado la semana próxima, probablemente el miércoles según trascendió. Lindow sostuvo que hay medidas pendientes aún, como investigar la ruta del dinero porque dudan que en un mes o quince días se haya gastado 125 mil dólares, que con un dólar a 175 pesos equivale a más de 20 millones. “A él se lo veía en autos importados y de alta gama, así que habrá que empezar a rastrear todos los bienes y ver dónde está el dinero”, adelantó. En cuanto al Camaro que Jawahar entregó en parte de pago, el abogado sostuvo que Farías lo había dejado en un estacionamiento y de allí se logró recuperarlo.