La prohibición es un límite negativo, produce un sujeto culposo y pierde la capacidad de elegir y trabajar la libertad como derecho.
Todas las personas tenemos aspectos que consideramos prohibidos: desde asuntos más simples como salir de la casa después de las doce de la noche, hasta los más complejos como, por ejemplo, asesinar.
Sentimos atracción hacia lo prohibido por la necesidad del hombre de conocer y explorar.
El ser humano a pesar de que en muchas ocasiones se deja llevar por el miedo, también es principalmente curioso y por eso siente la necesidad de descubrir nuevas cosas, de explorar nuevos horizontes y de romper los ya existentes.
Para algunas personas ante una prohibición experimentan lo que se llama miedo consciente, que por el contrario al temor que sucede ante un peligro produce un temor que es gratificante.
Nos atrae lo prohibido porque queremos sentirnos libres. Lo que es realmente curioso, es que no importa qué tan liberal sea la persona o la sociedad, siempre hay algo que se prohíbe, el hombre busca ser libre, pero constantemente se crea límites.
Esto se debe también a que la palabra “NO”, es la mejor puerta para que entre el “SI”.
Para nuestro cerebro, decir que “No” a algo, significa decir que “Si” a otra cosa.
¿Eso significaría que tenemos que decir que si a todo?
Naturalmente que no. Ciertamente nuestro cerebro tiende a ignorar la palabra «NO» y el subconsciente es el responsable de que esto suceda porque no reconoce el lenguaje lógico, en consecuencia no procesa ciertas cosas, incluso podemos obtener justamente lo contrario a lo que queremos. Hay que tener en cuenta, que para decir «NO« a algo, no hay porque utilizar una frase negativa, sino que podemos expresar el mismo concepto con una frase positiva.
La explicación es que el cerebro piensa en imágenes y cuando dices “NO” lo único que se refleja en la mente es lo que querías negar. Tu mente siempre necesitará una imagen para asociar a tus pensamientos.
Hay palabras que nuestra mente no puede traducir en una imagen. Es el NO. La expresión negativa no tiene una representación en imágenes para el cerebro. Por eso, cuando tú dices “no quiero tal cosa”, lo que tu cerebro ve es “la tal cosa”. Si dices “no quiero deudas”, el no, no tiene representación, tu cerebro sólo ve deudas y qué? atraes más deudas.
Te invito a hacer este ejercicio:
Piensa en una preciosa playa, en un lugar paradisíaco al amanecer, imagina la arena blanca y fina, el agua transparente y cálida, el sol radiante….
Concéntrate en ella unos segundos y ahora No veas un barco aproximándose a la orilla.
Cierra los ojos y repite el ejercicio de nuevo, tratando de No ver el barco.
¿Es posible que se te haga difícil evitar ver ese barco al que te he invitado a no ver verdad?
Por la Licenciada María Cecilia Petros, MP 683