La mala relación entre el Gobierno y la Corte Suprema tuvo hoy un nuevo pico de extrema tensión a partir de la suspensión de las elecciones en San Juan y Tucumán, en la misma jornada en la que el presidente de la Corte Suprema, Horacio Rosatti, lanzó críticas al oficialismo.

El día había arrancado con cuestionamientos de Rosatti: «En los últimos años hemos tomado decisiones que no han agradado al poder de turno. A éste, al anterior y probablemente al que venga. No venimos a la función pública para hacer nuevas amistades, sino para hacer cumplir la Constitución, para garantizar una estabilidad jurídica que permita pensar a futuro», manifestó.

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El Frente de Todos salió a rechazar en duros términos el veredicto, al señalar que los fallos representaron una «clara intromisión en el proceso democrático». «En una clara intromisión en el proceso democrático y la autonomía de las provincias, la Corte Suprema se alineó hoy con la oposición para anticiparse a lo que se preveía como posibles triunfos del peronismo en las provincias de San Juan y Tucumán el próximo domingo», expresó Presidencia en un comunicado.

Tras la decisión del máximo tribunal, el Gobierno enfatizó: «Estamos junto a los gobernadores Sergio Uñac y Juan Manzur frente a este nuevo atropello y vamos a acompañar a las provincias en sus reclamos democráticos. Es imperioso que la Corte de Justicia de la Nación deje de entrometerse en la institucionalidad de las provincias argentinas y deje a la gente votar».

El oficialismo ya venía con críticas al máximo tribunal por otras cuestiones, como el fallo favorable a la Ciudad de Buenos Aires por los puntos que la Nación le había sacado de la coparticipación federal.

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