«El motivo por el que falló el tren de aterrizaje retráctil que pudo haber provocado una tragedia para la Fuerza Aérea está bajo siete llaves por ahora«, confirmó una fuente aeronáutica cuando se le requirieron precisiones acerca del angustiante momento en el que el veterano cuatrimotor C-130 Hércules TC-64 tuvo un incidente luego de la retracción del tren de aterrizaje delantero.
Una situación peligrosa que es una de las peores pesadillas de los pilotos de aviación porque los tripulantes no pueden ver físicamente el tren de aterrizaje en la mayoría de los casos. En ocasiones es el controlador u otro observador en tierra, el que les dice al comandante de la aeronave, si el tren está abajo o no, y si aparentemente está correctamente bajado. Si el tren no ha salido, la tripulación tratará de sacarlo.
Pero, en principio, lo sucedido en el aeropuerto internacional de Natal, en el estado de Río Grande de Norte en Brasil, el jueves 7 de septiembre pasado, con el Lockheed C-130 Hércules de la Fuerza Aérea Argentina, fue un incidente grave que no fue el único ocurrido durante el plan de vuelo de la aeronave de transporte militar.
Previo al fallo del tren delantero, la nave militar presentó un problema en uno de sus motores, durante su vuelo de retorno, y debió realizar una escala en Málaga, España.
Según reporta el portal especializado, zona-militar-com el Hércules TC-64 inició hace varios días un despliegue que incluyó como destinos a Chipre e Israel. En este último país, el Hércules de la Fuerza Aérea Argentina recibió un cargamento de material entre los que se contaban las municiones merodeadoras HERO.
Pero el fallo en el motor obligó a una parada técnica en Málaga, España que provocó demoras en el ejercicio de artillería Escuela de Fuego II realizado por el Ejército Argentino en Salinas del Bebedero en la provincia de San Luis. El material para realizar las prácticas militares no llegó a tiempo y los oficiales sólo accedieron a clases teóricas y a realizar simulaciones con ordenadores.