«Mataron la causa Cecilia, el día que Gloria Romero aceptó juntarse con Coqui». El autor de la frase es uno de los investigadores que conoce el caso judicial que investiga el femicidio de Cecilia Strzyzowski. Desde aquel momento, las ramificaciones políticas en la investigación se frenaron y no se conocieron más detalles de las supuestas llamadas entre Emerenciano Sena y su entorno con altos funcionarios del gobierno provincial.
Por estas horas, Gloria Romero y su hija aseguran que se irán del Chaco en caso de una victoria de Jorge Milton Capitanich y, la madre de Cecilia, grabó un video, con una boleta de la lista del radical Leandro Zdero, relatando que le hace propaganda política en la peatonal de Resistencia.
La Justicia confirmó las prisiones preventivas de los siete involucrados en el crimen de la joven de 28 años. El 2 de junio de este año, Cecilia ingresó a la casa de los Sena y nunca más salió. Para los abogados defensores del Clan, sin cuerpo, no hay prueba y sin ella, no hay delito.
El jefe de la policía chaqueña, Acuña, fue el responsable de los primeros allanamientos, incluidos los realizados en Santa María del Oro al 1400. No encontró pruebas del paso de Cecilia por allí. En las elecciones PASO, Acuña, llamaba a votar por «Coqui 2023» en su estado de WhatsApp. Era un invitado especial de los asados de Emerenciano y su apellido coincide con el de la ex candidata a intendenta de Resistencia por la lista oficialista. «Son parientes lejanos», relata un abogado que conoce el expediente como nadie.
Para los investigadores, César Sena no fue el único autor material del crimen: «Si la quería matar, lo hacía en el hotel alojamiento y no en la casa de los padres con Emerenciano y Marcela presentes», explica el letrado Juan Arreguin. Gustavo Obregón, que oficiaba de chofer de los Sena, fue el único que se quebró y confesó el crimen. Melgarejo, otro de los detenidos, en cambio, plantó pistas falsas desde la búsqueda en un basural en las afueras de Resistencia hasta el pavimento que se trabajó, los primeros días de junio, en el barrio Emerenciano Sena.
Obregón explicó cómo se deshicieron del cuerpo de Cecilia pero no fue testigo ocular del momento del crimen. Según consta en la causa, a la joven la quemaron durante tres días con nafta y «quebracho colorado» que es una madera utilizaba para quemar ladrillos por su alto potencial combustible. El macabro encubrimiento se realizó en el Campo Rossi, la chanchería que Capitanich le obsequió a los Sena por el simbólico precio de $14.000.